5 consejos para aliviar a tu bebé durante una ola de calor
Hace calor, demasiado calor. No quieres hacer nada más que tumbarte desnuda en el suelo delante de un ventilador. Y no hablemos de las noches sin dormir, inundando el colchón con nuestro sudor. ¡Qué felicidad! Estas temperaturas son insoportables y, sin embargo, más vale que nos acostumbremos... #holacambioclimatico. Si el clima hace que tus días y noches sean incómodos, imagina cómo se siente un bebé en sus primeros meses de vida, con un sistema inmaduro para regular su temperatura corporal. Para ayudarle a pasar los días de calor lo mejor posible, apliquemos estos 5 consejos valiosos.
Los bebés son especialmente sensibles al calor. Además de la incomodidad, el principal riesgo en una ola de calor es la deshidratación causada por la hipertermia, que en algunos casos puede convertirse rápidamente en una emergencia potencialmente mortal. Al no poder sudar para regularse, el niño se sobrecalienta, elevando peligrosamente la temperatura del interior del cuerpo, lo que puede alterar el funcionamiento de sus órganos vitales. Sin llegar a la psicosis, es imprescindible estar muy atento a su estado general en caso de altas temperaturas, para asegurarse de que se refresca regularmente y se hidrata lo suficiente.
Signos de deshidratación
Hay que acudir al pediatra o a urgencias si el bebé moja menos de seis pañales en 24 horas o si su orina es especialmente concentrada (amarillo oscuro) y maloliente. Otra señal de alarma es un cambio de comportamiento, si el bebé está apático y "flojo" o si pierde peso rápidamente, tiene la tez gris, ojeras, fiebre o la fontanela hundida.
1. Ropa adecuada
En general, se trata de sentido común. Lo mismo que para ti, favorece prendas holgadas de materiales ligeros que permitan el paso del aire a través del tejido. Opta preferentemente por colores claros y, si es posible, no dudes en dejar al bebé solo en pañales, eso sí, siempre alejado de la luz solar directa. Los accesorios imprescindibles para salir a la calle son un gorro para proteger la cabeza, la frente y el cuello, unas gafas de sol adaptadas a los frágiles ojos de los recién nacidos y una crema solar de alta protección (enlace al artículo: ¿cómo proteger al bebé del sol?) para evitar insolaciones y otras quemaduras en la retina o la piel. También debes pensar en adaptar la ropa de dormir de tu bebé (con o sin body, pijama, saco de dormir). Esta infografía muy clara de Joone, la marca francesa de productos de cuidado para la madre y el bebé y de pañales, te ayudará.
2. Salidas limitadas
Obviamente, los paseos y las actividades al aire libre deben evitarse durante las horas más calurosas del día, entre las 11 y las 17 horas. Y si tienes que salir al exterior, intenta mantener a tu bebé a la sombra en la medida de lo posible. Favorece las salidas en lugares ventilados (pero ten cuidado con las corrientes de aire y los aires acondicionados demasiado fríos y potentes) o con acceso a un punto de agua para refrescarse. Sin embargo, ten cuidado de no sumergir nunca a un niño en agua fría, ya que podría causarle un choque térmico.
Advertencia útil: Cada año, cada verano, los medios de comunicación de todo el mundo informan de dramáticos accidentes que podrían haberse evitado. No se puede repetir lo suficiente: nunca, nunca, nunca dejes a un niño (o a una mascota) en un coche, ni siquiera durante unos minutos, ni siquiera a la sombra y con las ventanas abiertas. Además del estrés que puede sentir el niño abandonado, la temperatura en el interior del coche aumenta en pocos minutos y puede alcanzar temperaturas que provocan graves trastornos respiratorios. Con el mismo espíritu, cuando el bebé está en una cuna o cochecito, no cubras la parte superior ni siquiera con una tela muy ligera para protegerlo del sol. Como en el ejemplo del coche, esto dificultará la circulación del aire y provocará un rápido aumento de la temperatura que siente el niño.
3. Bebidas suficientes
Sea cual sea tu edad o tu estado de salud, es importante beber más en época de calor (y no hablamos de ir a por todas en el aperitivo -excepto los Virgin mojitos-, porque... mala idea). Efectivamente, todo requiere más esfuerzo del cuerpo en caso de temperaturas excesivas, sudamos más y el cuerpo tiene una necesidad vital de agua para funcionar correctamente. El buen plan, una vez más, es la leche materna y sus maravillas. Se compone de un 85% de agua y proporciona al niño todo lo que necesita para estar perfectamente hidratado, ya que se adapta a sus necesidades de una toma a otra. En caso de ola de calor, la regla es ofrecer el pecho al bebé tan a menudo como sea posible aunque no lo pida. Y para dar el pecho con estilo y comodidad, nada mejor que una prenda Milk Away.
Si el niño es mayor, evita caer en la trampa de darle alimentos o bebidas frías, recién sacadas de la nevera o el congelador. Los líquidos helados son difíciles de digerir para el hígado. En su lugar, ofrece al bebé bebidas sin azúcar (el azúcar da sed) y a temperatura ambiente, o incluso tibia. Tomamos el ejemplo de los países cálidos, donde los habitantes del desierto beben té todo el día para mantener sus niveles de hidratación. Otro consejo es comer frutas y verduras llenas de agua con las comidas o incluso un pequeño trozo de hielo de agua sin azúcar como postre.
4. Accesorios refrescantes
Cuando hace mucho calor, se te ocurren todo tipo de actividades para hacer con el agua. Puedes invertir en un nebulizador para refrescar a tu bebé durante el día. Si no, juega con las manos o los pies en el agua, saca la manguera, toma baños tibios a 35 grados, eso es lo ideal. Nunca sumerjas a un niño (o a un animal, la regla es la misma) en un baño de hielo. Esto puede provocar quemaduras por frío o incluso un choque térmico, que puede causar problemas cardíacos. Por otro lado, los cubitos de hielo pueden utilizarse como objeto de juego y descubrimiento, pero siempre bajo la supervisión de un adulto. Congela algunas plantas o piedrecitas en unos bloques de hielo y sugiérele al niño que los vaya soltando poco a poco vertiendo agua tibia sobre ellos.
El ventilador puede utilizarse para refrescar la habitación antes de acostar al bebé, por ejemplo, pero nunca debe dirigirse directamente al niño para evitar que se enfríe. Lo mismo ocurre con las corrientes de aire. Crearlos para enfriar el aire de la habitación, pero sacar al niño de la misma para evitar que se enfríe.
5. Superficies frescas
Siempre que sea posible, el área de juego debe adaptarse. Preferimos los suelos de baldosas a las alfombras, y pensamos en proteger sus pies si entra en contacto con ciertas superficies que almacenan calor, como la arena, el asfalto, las superficies metálicas, etc. Hay alfombras de juego refrescantes y aislantes que se pueden colocar en el suelo.
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Foto: Lubomirkin para Unsplah.