10 buenos consejos a seguir antes de dar a luz para facilitarnos la vida después
Porque un mínimo de anticipación y organización, ante el tsunami de amor, hormonas y cansancio que supone la llegada de un hijo al hogar, puede simplemente ahorrarte tensión, lágrimas e incluso una trágica transformación en modo zombie #thriller.
Aaah el parto. El Día D, el Momento T, tan esperado y -un poco, incluso muy- temido, ese momento a partir del cual todo cambiará. Sí, todo. Incluyendo tus pequeños hábitos en cuanto a la organización de la vida en casa. Porque no nos cabe duda de que, como pareja moderna basada en una relación igualitaria -si estás leyendo este artículo con tu pareja, ahora es el momento de lanzarle una mirada de reojo y una sonrisa insistente- te has repartido con total naturalidad las tareas domésticas y otras alegrías que tanto glamour aportan a vuestra vida en común. No obstante, nos tomaremos la libertad de darte algunos consejos de sabias (es decir, de mujeres que ya han pasado por ello) y otras recomendaciones para hacerte la vida más fácil y permitirte, una vez que hayas vuelto de la maternidad, aprovechar al máximo de tu pequeña maravilla que parece tener insomnio y voz de soprano.
Consejos de las mamás Milk Away
1) Ten preparada ropa de lactancia
Simplemente para evitar la carrera de obstáculos que supone ir de compras a toda prisa con un bebé recien nacido. Por lo tanto, te aconsejamos que te pongas cómoda (preferiblemente con la tarjeta de banco a tu lado...) y que te ofrezcas una pequeña sesión de compras en línea (así evitando romper aguas en el probador). Las palabras clave: práctico, cómodo y con estilo. Todo Milk Away en definitiva, porque ser una madre guay es una elección. De hecho, tómate un descanso ahora mismo, te lo mereces. Y la felicidad está a un clic de distancia: descubre el eshop Milk Away.
2) Llena tu congelador
Como recordatorio, comer es una necesidad vital. Nos tomamos la libertad de recordar esto porque los primeros días con el bebé suelen pasar a la velocidad de la luz y regularmente te encuentras pasadas las 10 de la noche sin haber comido nada todavía (por cierto, tampoco te has duchado, pero ya volveremos a eso). Por lo tanto, es mejor abastecerse de platos pequeños para que sólo tengas que poner en marcha el horno una vez tengas el niño bajo control. Sobre todo porque es importante llevar una dieta equilibrada para favorecer la producción de leche de calidad suficiente (volveremos a ello más adelante).
3) Llama a tus amigos y familiares, ¡o no!
Todos te lo dirán: "Si necesitas ayuda, no lo dudes". Pues no lo dudes. Habla con tus amigos y familiares con antelación para saber qué están dispuestos a hacer y cuándo están disponibles, y planifica los refuerzos. Al fin y al cabo, hasta la SuperWoman necesita ayuda de vez en cuando. Y si, por el contrario, prefieres que te dejen en paz y limitar tus visitas, no te avergüenzas y dilo claramente, con una sonrisa y sin miedo a ofender a nadie. Los que aún no se han convertido en padres lo entenderán más tarde y los demás tendrán que lidiar con ello. A tu suegra, también tendrás que aprender a decirle bye bye.
4) Delega la limpieza
Como no tienes el don de Blancanieves o Mary Poppins para hacer el trabajo en un santiamén, plantéate seriamente la posibilidad de conseguir ayuda en este aspecto, sobre todo si eres una Sra. Fairy en el alma. Aunque parezca una locura, dado su pequeño tamaño y su incapacidad para moverse por sí mismos, los bebés tienen esa asombrosa capacidad de poner una casa patas arriba en tan sólo unas horas. Así que si te obsesiona que los platos se acumulen en el fregadero, la ropa sucia se amontone en el suelo y el polvo vuele a cada paso, plantéate contratar a una asistenta, a familiares o amigos y, por supuesto, a Súperpapá ... o vete a vivir a un hotel.
5) Haz una compra en la farmacia
Esto es importante porque puede evitar claramente una estresante (e inútil) visita a urgencias, un domingo, en medio de la noche. Porque sí, siempre son los fines de semana y vísperas de festivos cuando el maravilloso bebé se pone enfermo, si no sería demasiado fácil ser padre, ¿no? En resumen, antes de salir del hospital, pide consejo a una comadrona o a un pediatra y prepara una farmacia básica para el bebé (termómetro, supositorio o gotas, suero fisiológico, spray nasal, aceite hidratante, crema para el pañal, crema cicatrizante, etc.), y otra para la mamá lactante y de posparto (crema para los pezones, compresas, discos, analgésicos, bragas y compresas ultra-absorbentes -vamos, como los Dodot pero para adultos- etc.). En resumen, lo habrás entendido, ¡todo glamour!
6) Anticípate a los asuntos administrativos
Deberías informarte en el centro administrativo de tu lugar de residencia, o en tu embajada si vives en otro país, si se pueden realizar determinados trámites legales antes del nacimiento, como, por ejemplo, un reconocimiento anticipado del niño o una solicitud de pasaporte. Después de dar a luz, rara vez quieres pasar la mañana haciendo cola con un bebé de pocas semanas en brazos o en el pecho.
7) Preserva tu sueño
Seamos claros y concisos: ¡las siestas son la vida! Siempre que surja la oportunidad, cierra los ojos. Si el bebé se echa la siesta, olvídate de las tareas domésticas y de la compra (véase los puntos 2 y 4) y ve a imitarle. Si has diseñado un modelo sin esta preciosa opción, puedes pedir regularmente a alguien que venga a cuidarlo y así lanzarte a los brazos de Morfeo con el corazón ligero. Sobre todo porque el sueño desempeña un papel importante en el éxito de la lactancia materna. De hecho, una mamá descansada producirá más leche que una mamá que está al límite. Y para que conste, la privación del sueño se utiliza como medio de tortura en algunos regímenes políticos. Vuelve loca a la gente. Así que no nos lo hagamos a nosotras mismas.
8) Dúchate
No sonrías diciendo "bueno, ¡no es para tanto!". Al final, parece tan obvio como pensar en comer y, sin embargo, los testimonios son unánimes y las excusas a menudo buscadas: "¡Que no, mi pelo no es graso! Estoy probando la tendencia del wet look". Las opciones son las siguientes: o te organizas para que vigilen a la personita que acapara tus brazos y todo tu tiempo (es el momento ideal para hacer amistad con los vecinos de al lado y ofrecerles un descanso, es decir, un café trampa de 15 minutos cada mañana), o le proporcionas un cojín, una hamaca o algún otro soporte seguro e instalas al bebé frente a una obra de teatro en la que tú eres la actriz principal y, al mismo tiempo, renuncias a cualquier atisbo de intimidad durante los próximos meses. ¡Pero al menos hueles bien! También es una buena idea invertir en una gran reserva de champús secos...
9) Pide tus citas médicas
Intenta organizarte con antelación para evitar las incesantes llamadas telefónicas durante las primeras horas en casa. Piensa en las estructuras gubernamentales de cuidado de los niños, organiza el desplazamiento de una comadrona a tu domicilio si es necesario, pide cita con una especialista en lactancia materna, la primera cita con el pediatra, pero también las sesiones de fisioterapia posparto (muy importantes) y la cita de seguimiento posterior al parto con el ginecólogo. Tómate el tiempo necesario para recuperarte, para ser buena estudiante y para practicar asiduamente tus ejercicios de fisioterapia para volver a fortalecer el perineo, porque tu bienestar y tu salud dependen de ello a largo plazo.
10) Date tiempo a ti misma
Tan a menudo como lo necesites y sin un ápice de culpa. Cuando te conviertes en padre o madre, no renuncias a ser tú mismo y a divertirte, como solías hacer. Simplemente organizas tu tiempo de forma diferente. ¿Es más fácil decirlo que hacerlo? Sí, sobre todo al principio, cuando te sientes abrumado por el torbellino de cosas nuevas y cuando el trabajo vuelve a empezar, cuando tienes una empresa que dirigir, empleados que gestionar y compañeros que supervisar. Para ser una mamá emprendedora que se siente bien mentalmente y físicamente, hay que reservar tiempo para el deporte, los masajes, el cine, las copas con los amigos, con la pareja y, si hace falta, que cada uno tenga su turno porque unos padres felices hacen un hijo feliz.
Ya sólo te queda sacar la agenda y hacer la lista de tareas. Te prometemos que vale la pena.
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