¿Cómo conocer a tu bebé durante el embarazo?

Lo que proponemos aquí es una especie de calendario de Adviento emocional. Es una pequeña muestra de los fuertes lazos que formarás con tu bebé una vez haya nacido y empecéis a conoceros. ¡Lágrimas de alegría, sonrisas y risas están a la orden del día!

Cuando hablamos de conocer al bebé, obviamente es a través del tacto y el oído. Para saber cómo será tu bebé, lamentablemente tendrás que tener paciencia. Y no hablemos de ecografías y otras imágenes en 3D; siempre salimos de estas citas muy agitados pensando que hemos visto su sonrisa o su manita saludándonos cuando en realidad era sólo su codo o un nudo en el cordón. Y eso cuando se ve algo... porque no hay nada más ilegible que una eco para los no iniciados. Y si, además, tu bebé hace de Britney para los paparazzi, no verás absolutamente nada más que las palmas de sus manos, si eso, antes de nacer.

Mientras esperamos el gran día, vamos conociendo a nuestro bebé, comúnmente llamado "la estrella", mediante actividades que crean un vínculo en el útero

Hagamos un inciso antes de llegar al grano de la cuestión: todas estas técnicas funcionan... pero no con todos los bebés. En cierto modo, todo es una cuestión de carácter: ya de bebé, están los tímidos (¡Oye, no he acabado de formarme, déjame en paz!), los enfurruñados (no me va a gustar de todos modos, no hace falta que lo intentes), los perezosos (¡Uy, deporte... gracias pero no me apetece!) y los divas (cuando quiero, si quiero y punto). Así que la clave de toda esta comunicación prenatal es intentar, volver a intentar y perseverar hasta la primera señal de interés de tu pequeño.

Cuéntale cositas 

Cuentos, palabras dulces, bromas (si empieza a tener hipo es porque eres muy graciosa), secretos (sobre tu pareja, por supuesto) e incluso, por qué no, la emocionante historia de tu enésimo día en pijama durante el confinamiento (porque seamos honestas, no es un embarazo en 2020-2021 lo que te habrá impedido hacer mil cosas). Lo que sea, pero entabla conversaciones para conocer al bebé.

La voz es, en efecto, un poderoso vector de vínculos y emociones entre el bebé y sus padres. Alrededor de los seis meses, el feto es capaz de oír y reconocer sonidos y vibraciones característicos de su entorno. Por ello, se realizan múltiples experimentos y se involucra al círculo cercano (hermanos, familia, etc.). Se modifican las entonaciones y el volumen de la voz para descubrir qué prefiere el bebé y cómo reacciona a ello.

Una vez establecido el vínculo y reconocida la voz, es habitual que el bebé se exprese durante estas conversaciones familiares. Y una vez fuera del vientre materno, ante la inmensidad de lo desconocido que le espera, las voces familiares serán de gran consuelo para el recién nacido.

"Es así que descubrí que Lily se había puesto de acuerdo con su padre para hacerme entender que mi interpretación de I Will Always Love You de Whitney Houston no era su canción favorita. Desde las primeras notas estaba muy claro... el boxeo parecía ser su deporte favorito" Marie-Noëlle, Mamá Milk Away.

Enseñale música buena

Ahora sí, las cosas se complican. Tienes dos opciones: o sacas el kit de karaoke, la bola de discoteca para las grandes fiestas y te pones a cantar, o se lo dejas a los profesionales y abres tu aplicación de listas de reproducción.

Una vez aclarado el cómo, llega el segundo punto que sigue siendo igual de delicado: ¿qué es música buena? Sí, es cierto, lanzar este tipo de debate es jugar con fuego, es socavar la estabilidad de las parejas, la armonía de las familias, etc. Para evitar cualquier drama innecesario: confía en nosotros y sube el sonido de los éxitos de los 90. Un refugio seguro. Y ya que las discotecas están cerradas desde hace un año, no lo dudes: ponte a cantar con tu pareja y déjate llevar por unos pasos de baile que harán vibrar a tu bebé.

En general, el mini-humano también se pondrá a tono y disfrutaréis de un auténtico momento de complicidad todos juntos. Es un hecho que la música calma a la gente. Es muy posible que tu bebé recuerde los sonidos que escuchó en el útero y los prefiera a otros. Si no, la opción más suave para conocer a tu bebé es la Bola, una pequeña joya en forma de campana que cuelga de una larga cadena para llegar justo a la barriga y que provoca sonidos de tintineo con cada movimiento de la madre. Estos sonidos regulares y suaves mecen al niño y lo tranquilizan incluso después del parto.

Intercambio de 'choca los cinco' cómplices

Más en serio, se llama haptonomía. Se define como la ciencia de las interacciones humanas y las relaciones emocionales. Concretamente, durante el embarazo y una vez que el bebé se mueve, es posible conocerlo asistiendo a sesiones en las que se enseña a colocar estratégicamente las manos sobre el vientre y a comunicarse a través del tacto.

Para algunas parejas, esta experiencia es poderosa y realmente sorprendente. Darte cuenta de que con la simple colocación de tus manos eres capaz de influir en la actitud y posición del bebé (da patadas, se gira de un lado a otro) y de provocar respuestas por su parte a tus estímulos, es cierto que es súper conmovedor.

A menudo, este contacto físico concreto permite a los padres darse cuenta plenamente de la presencia del bebé. Convertirse en padre se vuelve menos abstracto. Los beneficios de la haptonomía se extienden incluso al parto, ya que algunos padres afirman que han podido incluso guiar a su hijo durante el parto y aliviar a la madre.

Por supuesto, para probar la experiencia más vale que te guste sentir el movimiento del bebé, lo cual no es el caso de todas las mujeres y francamente, si lo piensas, es cierto que no deja de ser un poco sorprendente sentir y ver que otro ser vivo se ha instalado en medio de tus órganos #alienmood.

Empezar a soñar juntos

La mejor manera de conocer a tu bebé es elegir la actividad que más te gusta y hacerla sin moderación: masaje, flotación, yoga, meditación o hipnosis, cualquier actividad que promueva la relajación y el bienestar es susceptible de provocar reacciones en tu bebé.

Por supuesto, durante estas actividades, somos plenamente conscientes de nuestro cuerpo y sus sensaciones, por lo que es el momento adecuado para conectar con el bebé y prestar atención a las señales que nos envía. Se suele decir que los fetos en el útero son auténticas esponjas y que sienten tanto las emociones positivas como las negativas. Esto es un hecho científicamente probado, ya que el cortisol, la hormona del estrés, tiene la capacidad de atravesar la placenta.

"Para nosotros era obvio que estos momentos de relajación tenían un efecto directo en Lily, cuanto más nos hundíamos en la relajación profunda durante las sesiones de hipnosis, más hacía la pequeña la Zumba, como si estuviera feliz -y quería hacerlo saber- de poder disfrutar también de estos momentos de bienestar antes de poder abrazarla de verdad." Marie-Noëlle, Mamá Milk Away.

De ti depende encontrar la mejor manera de conocer a tu bebé. 

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